Efecto Kuleshov:
El efecto
Kuleshov es un fenómeno del montaje
cinematográfico demostrado por el cineasta ruso Lev Kuleshov durante los años veinte.
Kuleshov mostró frente a una audiencia una secuencia en la que se intercalaba
una toma del actor Iván Mozzhujin con
un plato de sopa, un ataúd y una niña jugando. La audiencia percibió que la
expresión de Mozzhujin cambiaba en cada secuencia, con lo cual se comprobó que
el montaje tiene una gran influencia en la comprensión semántica de lo que
aparece en una escena.
El efecto:
Kuleshov estuvo encargado de un
taller de montaje poco después de la revolución
de 1917 y los cineastas Vsevolod Illarianovich Pudovkin y Sergei
Eisenstein fueron sus alumnos. En 1922, Pudovkin describió un
supuesto experimento que realizó junto con Lev Kuleshov en el cual se intenta
explicar lo que llamó “el efecto Kuleshov”. El experimento, según lo describe
Pudovkin, consistió en la selección de primeros planos del rostro neutral del
conocido actor Iván Mozzhujin unidos a fragmentos de otras películas, elegidas
ante la ausencia de negativos nuevos para manipular.
Se
generaron tres diferentes combinaciones. En la primera, se mostraba un plato de
sopa en una mesa después del primer plano, de manera que Mozzhujin parecía
mirar el plato. En la segunda, se reemplazó la toma del plato con una toma de
una mujer en un ataúd. En la tercera, se utilizó una toma de una niña jugando
con un oso de peluche. Posteriormente, las combinaciones fueron mostradas ante
una audiencia. Ante la sopa, la gente percibía lo pensativo que se veía el
rostro de Mosjukhin; el ataúd les hizo percibir tristeza en el rostro y la niña
jugando con su oso de peluche sugirió que Mozzhujin sonreía. En los tres casos,
la cara era la misma. Kuleshov le
llamó "geografía creativa" a la creación de esta narrativa visual
coherente y los efectos que producía montar varios fragmentos de película ya
existente.
La explicación:
El "efecto Kuleshov” es quizá el ejemplo más importante de sintaxis fílmica. La contemplación de una cinta no es un fenómeno de estímulo-respuesta, sino que el espectador es un participante activo en el proceso de la creación de significados. La audiencia proyecta sus propias emociones en la cara del actor basándose en cánones de representación de las expresiones. Aunado a esto, los códigos que se leen en las imágenes de la sopa, el ataúd y la niña conllevan a relacionarlas con sentimientos como necesidad, la tristeza y felicidad, respectivamente. El efecto perceptual producido con la sucesión de imágenes es rápido, inconsciente y casi automático.
María Peral Cordero.
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